La rutina de todos los días, lo vamos a echar de menos la próxima semana seguro, desayuno a las 7:30 y salida tras la foto oficial a las 8:00

A destacar el 5º día con el mismo maillot descatalogao ¡esto ya es increíble! y la diferencia con el culote del Capo que es nuevo pero tiene un enorme agujero sospechoso. Una de dos: o el género no es bueno o bien el Capo no trata bien el material o lo lava con jabón a base de sulfúrico. A ver si aprende del DESCATALOGAO.

Arrancamos con el estómago pesado y frío (9ºC) con la pena que a VINITOS le sienta mal el desayuno y vomita hasta la primera papilla en la cuneta, lo cual le obliga a subirse a la furgo para adelantar unos kilómetros mientras se recupera. Se nota que entramos en Galicia por el terreno tobogán que tenemos, todo picando para arriba pasamos por Trabadelo y en Ambasmestas comienza la subida al alto de Piedrafita, nos esperan 14 km iniciales hasta este alto, luego seguimos con Cebreiro y acabamos la subida en el Alto de el Poio, con 26 km de subida en las piernas.

El desayuno unido al frío hace que a algunos les cueste carburar adecuadamente. Algunos continúan desayunando una hora después de acabarlo, rumiando como las vacas el pasado desayuno. La verdad es que la subida desde el inicio es importante y el frío también.

Se hacen dos grupos que suben al mismo ritmo, cada uno sube como le da a entender su particular “mística del camino”, no conviene cebarse porque son muchos kilómetros de subida y el interés de todos es llegar a Santiago mañana y llegar hoy a Portomarín en el mejor estado posible.

Sin novedades importantes, seguimos subiendo por Cebreiro, Linares, Hospital y coronamos el Poio todos tras ASTURIAS que en el día de hoy está en un estado de forma impresionante, se ve que el descanso de ayer le ha sentado muy bien. Hoy le vamos a dar el premio a la Combatividad.

Bajada preciosa por buena carretera, fenomenales vistas y calorcito ya en el ambiente y las piernas. Bajamos a Triacastela donde nos espera el avituallamiento. Es el kilómetro 57 de la etapa.

Alargamos el descanso casi ¾ de hora, en una terracita al sol donde nos preparan en el momento unas magníficas tortillas de patata. Este tiempo lo aprovecha el SINDICALISTA para ir ganando terreno. Adelanta mucho y anda bien porque no le pillamos en todo lo que queda de día, por cierto duro, con constantes toboganes y otro puerto nada más salir del almuerzo: el alto de Riocabo.

Allí nos unimos con un cicloturista lugareño que nos avanza lo que nos queda de postre en la jornada y acojona al más pintao. Con él vamos hasta Sarria, donde está veraneando, y nos avanza el menú que nos encontramos a continuación: 7 km de subida hasta Bibille que coronamos con calor y las piernas resentidas por el etapón de hoy. Ya llevamos 90 km en las piernas y continuamos con constantes toboganes rompepiernas hasta Paradela, a 10 km de nuestro destino.

Desde aquí una preciosa bajada hasta Portomarín donde llegamos a las 13:15 después de subir al pueblo el último kilómetro con ganas ya de llegar y bajarnos de la bici en esta, sin duda ninguna, la etapa más dura de todo el recorrido, no sólo por su dureza sino porque hoy era el sexto día de bici y los 650 km que llevamos en las piernas se notan.

Luego comida en el hotel, degustación de orujitos varios, cena de nuevo en el hotel y nadie se atreve a pronunciarse sobre la etapa de mañana: GUERRA O PAZ, aquí nadie dice nada, a lo gallego todos, veremos, veremos. El cronista está acojonao ante lo que pueda esperar mañana. Si todos los días esta cuadrilla de Punta Galea ha rodado como tiros, mañana donde se quemarán las naves puede ser la madre de todas las rutas.

Aun mañana nos quedan 100 km que no son moco de pavo. Continuos toboganes hasta llegar al monte do Gozo y la bajada a la Plaza del Obradoiro. De momento, por si acaso, reservamos para cenar en una marisquería recomendada, conocida por el CAPO. La ruta no acabará con la llegada a la Plaza del Obradoiro, en la noche parece ser que también se prevèn demarrajes, pájaras y demás. Todo ello lo contaremos, no nos vamos a quedar nada, ni fuerzas, ni sufrimientos, ni recompensas. Pero eso será en la última crónica que colgaremos el lunes, el lunes, como resumen final del viaje y con el detalle de la última etapa de Portomarín a Santiago.