SALIDA A LOS ARCOS 2013

Cuando el grajo vuela bajo hace un frio del carajo.

La prolongación del invierno que este año hemos padecido, hacía que las predicciones  meteorológicas durante los días previos a la fecha de salida, 25 de mayo, anunciaran que ese día sería más  propicio, para comprar unos croissant y desayunar con la “santa”, que montar en bicicleta.

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Llegó el sábado y efectivamente, el frio y  la inminente lluvia confirmaban todas las predicciones, 9g.C.  en Algorta, el grajo volaba bajo y las nubes más  negras que el futuro de un pensionista.

Nada impidió que en Fadura a  las 7,15 hh. nos  diéramos cita unos 22 ciclo-turistas,  (tres o cuatro habían salido antes para ir “poco a poco”) para dejar las mochilas en el extraordinario autobús, alquilado para llevar las-los acompañantes y traernos de vuelta a todos.

Allí se encontraban también, Txus  y Félix que fueron los responsables de llevar la magnífica furgoneta que la Sociedad nos cedió para la ocasión, y que nos sirvió de coche de apoyo para unos y de lanzadera  para otros.

A las 7,30 hh partimos por el recorrido previsto hasta el primer punto de avituallamiento en Dima, llovía y la temperatura estaba entre los 7-8g.C. O sea, que el grajo volaba un poco más bajo. Superado el puerto y ya en la zona de parada técnica saludamos a los que habían salido de Fadura “poco a poco” y nos despedimos de cuatro compañeros que no tenían previsto completar la salida y volvían para casa.

Repuestas las fuerzas, los “poco a poco” partieron primero y el resto lo hizo poco después para atravesar los hermosos paisajes del pantano de Legutiano, teniendo como objetivo el segundo avituallamiento ubicado en Landa. Seguía lloviendo y el grajo volaba tan bajo que se puso a rueda durante unos cuantos km.

En Landa se hizo un claro y  permitió que gozáramos de las vituallas que Félix y Txus nos tenían preparadas, dimos cuenta de las tortillas, bebimos, rellenamos las poncheras y aplicando el método “Argintzona”, (Munduko txapelduna  sokatiran Goiherri kirol elkartearekin) eliminamos el agua acumulada en los calcetines. (Secado por estrujamiento se llama la técnica).

Con los cuerpos a tono y las fuerzas recuperadas partimos hacia lo que sería la cumbre de la jornada, Opakua, el grajo seguía a rueda, pero con la dureza de las rampas del puerto, lo de menos era donde venía el maldito pájaro, ya que en caso de apuro, siempre tenía la lanzadera para subirse (habiendo plazas claro) lo importante era llegar  vivos a la cima para comer los deliciosos pasteles de arroz suministrados por Mikel F. y descansar en un eterno y rápido descenso.

En la salida de este avituallamiento nos juramentamos que haríamos el recorrido que faltaba todos juntos, luego la carretera dicen, pone a cada uno en sitio, en este caso, a unos pedaleando y a otros en la lanzadera. El grajo, al más propio estilo Manolo, salió de rueda, tomó distancia y no lo volvimos a ver. Nos vinimos arriba, metimos la cabeza  tras el manillar y en fila de a uno recorrimos el largo y pestoso… ¿llano?. En este tramo la lanzadera ganó también algún cliente.

Pocos km antes de la llegada y para de alguna manera cumplir con nuestro compromiso, nos reagrupamos “pedaleantes” y viajeros de la lanzadera e hicimos la entrada triunfal en Los Arcos donde fuimos calurosamente recibidos entre aplausos y sones de txistu y tamboril, magistralmente interpretados por las esposas de dos de los que en el pestoso llano, más tiraron de nosotros (que lo sepas Roberto). ESKERRIK ASKO DENORI HARRERAGATIK.

…Llegó el momento de disfrutar

En primer lugar es obligado agradecer  a José Luis Esparza y su familia la hospitalidad el cariño y el derroche de generosidad con el que año tras año somos recibidos en su casa. Reconoceros  vuestro trabajo y dedicación para que todo, desde la organización  del viaje, la ducha en el polideportivo, la comida, todo en definitiva, fuera realmente extraordinario. BIHOTZEZ EZKERTZEN DIZUEGU

¡Por fin! LLegó el momento por el que alguno recorremos 155 km. LA BODEGA. ¡Todos, estábamos todos! salvo el grajo, no se había ido nadie “poco a poco”. De pie alrededor de las mesas tomaron posiciones la grupeta, auxiliares, directivos e invitados (seríamos unos 40), para dar cuenta en buena armonía, de la fabulosa txistorra , langostinos, encurtidos, tinto, clarete etc. que a modo de entrada tenían preparado nuestros anfitriones.

Ya sentados en el comedor de la bodega disfrutamos del cordero asado, la ensalada la tarta, el café, el patxaran casero…servidos por la familia Esparza con la generosa ayuda de compañeros ciclo-turistas y acompañantes, no cito a nadie para no ser injusto, con las/los que desconozco su nombre, pero que sepáis que nos dimos cuenta de vuestro trabajo y tenéis nuestro sincero agradecimiento.

…y con ustedes… D. Nicanor tocando el tambor

No podían faltar los cánticos de sobremesa, que en esta ocasión para sorpresa de los presentes, fueron relegados a un segundo plano por lo que fue el acontecimiento musical del año.

El dúo, Koldo eta Pako hizo su presentación como animadores de sobremesa, sorprendiendo a todos, no la ya conocida maestría de Koldo tocando la acordeón, sino los redobles de tambor con los que se destapó el compañero Paco, manejando los palillos mejor que los cambios de la Orbea.

Tal fué la actuación que protagonizaron, que sirvió de incentivo para animar a las txistularis a tomar sus instrumentos y deleitarnos con un alegre repertorio que puso el broche de oro a una feliz jornada de las que se quedan para siempre en el lugar que tenemos reservado para nuestros mejores recuerdos.

Luego, en un agradable viaje en autobús regreso a Fadura.

DATORREN URTEAN GEHIAGO

f.b.r. (Comisión ciclo-turista)